Evangelio según San Mateo 5,33-37.
- Monjes Trapenses
- 2 ago 2018
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Actualizado: 4 oct 2018
Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
Reflexión:
Jurar es poner a otro por testigo o garante y es innecesario en el caso de Dios, porque es testigo de todo lo que hacemos en todo momento sea que lo pidamos o no. Por otra parte, no tiene sentido jurar por nosotros mismos o por la propia vida porque no es perdurable. Más vale decir la verdad sin titubeos y prometer sin doblez. La clave está en la autenticidad.
P. Plácido Álvarez.

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