Fe y humildad.
- Monjes Trapenses
- 13 feb 2020
- 2 Min. de lectura

Evangelio según San Marcos 7,24-30.
Después Jesús partió de allí y fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto. En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies. Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio. Él le respondió: "Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros". Pero ella le respondió: "Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos". Entonces él le dijo: "A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija". Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Meditación:
La respuesta del Señor a esta mujer es sorprendente, llama nuestra atención para aclarar todo un sistema de relaciones y de actitudes espirituales. El contexto es la distancia cultural y espiritual que existía entre los judíos y la gente de Fenicia, donde se encuentra Tiro. Gente de la fe de Israel por contraste con gente idólatra. La mujer simplemente busca la liberación de su hija, con una fe en la persona de Jesús como “hacedor de milagros”, quizás sin relación a la fe de Israel y eso explica la primera reacción de Jesús, porque no se trata simplemente de milagros sino de fe. Sin embargo, la humildad de la mujer cambia la situación.
Entonces fe y humildad, son lo que nos hace falta a todos para entrar en un contacto más profundo con Jesús y recibir cambiar nuestras vidas con la liberación que él quiere darnos.
P. Plácido Álvarez.
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