La fidelidad.
- Monjes Trapenses
- 28 feb 2019
- 2 Min. de lectura

Evangelio según San Marcos 10. 1-11.
Después que partió de allí, Jesús fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Se reunió nuevamente la multitud alrededor de él y, como de costumbre, les estuvo enseñando una vez más. Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: « ¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?». Él les respondió: « ¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?». Ellos dijeron: «Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella».
Entonces Jesús les respondió: «Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido». Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. Él les dijo: «El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio».
Meditación:
Estamos llamados a realizar el plan de Dios en nuestras vidas con fidelidad para alcanzar la fuente de la felicidad, que es Dios mismo; Él actúa en el mundo también a través del matrimonio, unidad fundamental de la sociedad, y esa unidad no puede estar sometida a la falta de compromiso y las veleidades emocionales de las personas. Otra cosa es cuando lo que se ha unido no ha sido de Dios.
P. Plácido Álvarez.
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