La misericordia.
- Monjes Trapenses
- 10 sept 2020
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Evangelio según San Lucas 6,27-38.
Jesús dijo a sus discípulos: «Yo les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames.
Hagan por los demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes. Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los aman. Si hacen el bien a aquellos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores. Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo.
Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos. Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes».
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Meditación:
El Señor nos pide una actitud que es diametralmente opuesta a la del mundo, incluso a la del Antiguo Testamento; es la de Dios mismo, la misericordia inconmensurable. Lo que el Señor pide puede parecernos imposible, los cristianos a través de los siglos no lo han aceptado, al menos no al pie de la letra, pero Jesús lo vivió y en eso estuvo nuestra salvación. La actitud aceptada ha sido reaccionar para evitar males mayores y hacerlo en forma proporcional en el marco de la justicia.
P. Plácido Álvarez.
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