La paz espiritual.

Evangelio según San Juan 14, 27-31.

Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman! Me han oído decir: “Me voy y volveré a ustedes”. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean. Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí, pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado. Levántense, salgamos de aquí.

Meditación:

La paz espiritual que permanece, no como la que da el mundo, se basa en el amor que genera una confianza inalterable. Ese amor tiene su expresión eficaz en el sacrificio, en la entrega, que derrota definitivamente al “príncipe de este mundo”, quien genera una inquietud constante, sin sentido, pero destructiva. El amor a Dios nos hace atravesar la penuria que genera ese poder maléfico, pero ese amor es en definitiva victoria y paz.

P. Plácido Álvarez.