La sobreabundancia del Reino.
- Monjes Trapenses
- 4 dic 2018
- 2 Min. de lectura

Evangelio según San Mateo 15,29-37.
Jesús llegó a orillas del mar de Galilea y, subiendo a la montaña, se sentó. Una gran multitud acudió a él, llevando paralíticos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a sus pies y él los curó. La multitud se admiraba al ver que los mudos hablaban, los inválidos quedaban curados, los paralíticos caminaban y los ciegos recobraban la vista. Y todos glorificaban al Dios de Israel. Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque podrían desfallecer en el camino".
Los discípulos le dijeron: "¿Y dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado bastante cantidad de pan para saciar a tanta gente?". Jesús les dijo: "¿Cuántos panes tienen?". Ellos respondieron: "Siete y unos pocos pescados". Él ordenó a la multitud que se sentara en el suelo; después, tomó los panes y los pescados, dio gracias, los partió y los dio a los discípulos. Y ellos los distribuyeron entre la multitud. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que sobraron se llenaron siete canastas.
Reflexión:
Jesús pide a los discípulos participar en un milagro trayendo panes y repartiéndolos. Las multitudes que se acercan al Señor buscando sanación y encontrándola, pero también necesitan alimento y en esto que los discípulos tienen que colaborar. No hay que alejarse mucho para encontrar la solución, que está e Jesús mismo. La compasión del Señor para quienes lo buscan queda de manifiesto y los hechos son señales del Reino que ha de venir, y que ya en medida esencial ha venido en su persona.
P. Plácido Álvarez.
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