Liberación y cambio.
- Monjes Trapenses
- 8 oct 2020
- 2 Min. de lectura

Evangelio según San Lucas 11,15-26.
Habiendo Jesús expulsado un demonio, algunos de entre la muchedumbre decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios". Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: 'Volveré a mi casa, de donde salí'. Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio".
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Meditación:
Hay gente que busca escusas para no reconocer la validez de los milagros que autentican la predicación de Jesús, o exigen señales cuando las tienen ante los ojos. Él les contesta reiterando el sentido fundamental: si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
A la vez les pregunta acerca de qué criterios usan ellos (sus hijos) para juzgar, ya que dan como buenos los exorcismos que realizan. Si se revisan a sí mismos quizás van a encontrar una respuesta adecuada, pero eso no lo hacen. Y no se dan cuenta del poder de quien está ante ellos y les advierte que enfrentarse con ese poder los lleva al desastre, es necesario optar.
La liberación de una casa del acoso del demonio puede interpretarse a dos niveles; el primero es como una parábola de cara a los que se le oponen: no pueden quedar vacíos una vez que han sido purificados por quien expulsa los demonios con el dedo de Dios y han recibido la advertencia, porque terminarán peor; el segundo nivel es una advertencia más general, no ya como parábola sino como la realidad propia de un “exorcismo”: la liberación requiere un cambio de vida si es que va a durar.
P. Plácido Álvarez.
Comments