Lo imposible.
- Monjes Trapenses
- 7 ene 2019
- 2 Min. de lectura

Evangelio según San Marcos 6,34-44.
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato. Como se había hecho tarde, sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto, y ya es muy tarde. Despide a la gente, para que vaya a las poblaciones cercanas a comprar algo para comer". El respondió: "Denles de comer ustedes mismos". Ellos le dijeron: "Habría que comprar pan por valor de doscientos denarios para dar de comer a todos". Jesús preguntó: "¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a ver". Después de averiguarlo, dijeron: "Cinco panes y dos pescados".
Él les ordenó que hicieran sentar a todos en grupos, sobre la hierba verde, y la gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta. Entonces él tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. También repartió los dos pescados entre la gente. Todos comieron hasta saciarse, y se recogieron doce canastas llenas de sobras de pan y de restos de pescado. Los que comieron eran cinco mil hombres.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Reflexión:
Hay un problema serio y el Señor lo enfrenta desde la compasión con una acción propia de Dios, con un milagro; se produce algo imposible. Esto presagia lo que Dios va a realizar en la persona de Cristo; este milagro es la manifestación de quien Cristo es y de cómo se soluciona la grave situación de la humanidad, de manera aparentemente imposible: con la resurrección. Y el resultado de la resurrección es sobreabundante.
Es importante reconocer la manera en que Dios actúa: haciendo lo imposible. Esto debe de llenarnos de esperanza, incluso ante la muerte.
P. Plácido Álvarez.
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