Los frutos de la Gracia y del esfuerzo.
- Monjes Trapenses
- 26 jul 2019
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Evangelio según San Mateo 13, 18-23.
Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino. El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe. El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto. Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno».
Meditación:
Comprender la Palabra, escucharla, recibirla son diversas actitudes que definen a las personas. A quien no comprende el maligno le arrebata la semilla que ha llegado a él, por el contrario, quien comprende es como tierra fértil y la semilla da fruto en él. También están el inconstante y el que permite que los deseos del mundo ahoguen el crecimiento.
Es necesario comprender y eso depende de cada uno; se requiere un esfuerzo personal que es el que va a determinar qué tipo de tierra somos en definitiva. Sin la semilla de la Palabra y la Gracia nada podemos, pero sin nuestra receptividad y nuestro esfuerzo no vamos a dar fruto.
P. Plácido Álvarez.
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