top of page

Plenitud de salvación.

  • Foto del escritor: Monjes Trapenses
    Monjes Trapenses
  • 27 feb 2020
  • 2 Min. de lectura


Evangelio según San Mateo 9, 14-17.


Entonces se acercaron los discípulos de Juan y le dijeron: « ¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?». Jesús les respondió: « ¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan!».


Meditación:


Este texto del evangelio tiene tres imágenes que sirven para definir la relación del Señor con la ley y con las costumbres de Israel: esposo en la fiesta nupcial, pedazo de tela nueva y vino nuevo.

La primera imagen es la más densa y más personal. El Señor es el esposo en una fiesta de bodas; su presencia supone una nueva vida de relación íntima, un nuevo matrimonio. En efecto la relación entre Dios y la humanidad adquiere una nueva densidad e intimidad en Cristo, cuando eso se celebra no se puede ayunar, sería un contrasentido. Aquí la presencia de Dios no es un castigo ni infunde terror sino llama a una celebración porque supone reconciliación.

La segunda imagen nos dice que la presencia del Señor no es como un remiendo en una tela desgastada, eso no sirve, él es una renovación total y tenemos que aceptarlo a él en sus propios términos que no admiten limitaciones; él es como la plenitud de un vestido nuevo y hay que asumirlo como tal. Así se define el sentido de las observancias como el ayuno, se puede practicar pero en la perspectiva de la novedad que se abre a una salvación inimaginada.

La tercera imagen, la del vino y los odres, nos invita a no perder el vino ni los odres sino a cuidar y disfrutar de lo nuevo que se nos ofrece. El Señor y su vida es lo nuevo, no hay que intentar encerrarlo en lo que no puede contenerlo. El ayuno no define una identidad, pero servirá en alguna ocasión en nuestra relación con el Señor.

Todo en nuestra vida está sometido al Señor, todo se entiende desde él como plenitud de la salvación.

P. Plácido Álvarez.

Comments


Commenting on this post isn't available anymore. Contact the site owner for more info.

Monjes Trapenses Ntra. Sra. de los Andes - Venezuela

  • Negro Facebook Icono
  • Negro Twitter Icono
  • Icono social Instagram
bottom of page