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Ser perdonados y perdonar.

  • Foto del escritor: Monjes Trapenses
    Monjes Trapenses
  • 12 ago 2020
  • 2 Min. de lectura


Evangelio según San Mateo 18,21-35.19,1.

Se adelantó Pedro y le dijo: "Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?". Jesús le respondió: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: "Señor, dame un plazo y te pagaré todo".

El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda. Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: 'Págame lo que me debes'. El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: 'Dame un plazo y te pagaré la deuda'. Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor.

Este lo mandó llamar y le dijo: '¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?'. E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos". Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, dejó la Galilea y fue al territorio de Judea, más allá del Jordán.

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Meditación:


Esta parábola ilustra lo que enseña el padrenuestro: ser perdonados como perdonamos, perdonar para ser perdonados. Es necesario tomar conciencia de nuestros propios pecados, de nuestras debilidades y pedir perdón, así también entendemos mejor al otro. También ilustra la parábola la misericordia de Dios, presentada de forma diferente en la parábola del hijo pródigo; es necesario acoger como somos acogidos, como el Padre acoge y esto supone un cambio de actitud, una conversión, a eso somos llamados.

P. Plácido Álvarez.

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