Trascendencia y liberación.
- Monjes Trapenses
- 22 nov 2019
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Evangelio según San Lucas 20,27-40.
Se acercaron a Jesús algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le dijeron: "Maestro, Moisés nos ha ordenado: Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda. Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. El segundo se casó con la viuda, y luego el tercero. Y así murieron los siete sin dejar descendencia. Finalmente, también murió la mujer. Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?".
Jesús les respondió: "En este mundo los hombres y las mujeres se casan, pero los que sean juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casarán. Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Porque él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para él". Tomando la palabra, algunos escribas le dijeron: "Maestro, has hablado bien". Y ya no se atrevían a preguntarle nada.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Meditación:
La participación en el mundo futuro y en la resurrección es nuestro deseo más fundamental. No nos conformamos con esta vida porque sabemos que es transitoria, incluso las mejores cosas pasan. Hay algunos que por ideología u otras razones quieren negar la realidad o distorsionarla, de ahí el enfrentamiento de Jesús con los saduceos, a quienes responde desde la Escritura que ellos deben reconocer pero que interpretan a su manera.
Podemos negar la trascendencia, los saduceos lo hacen, pero entonces reducimos al ser humano a una inmediatez asfixiante que es como una nube oscura sobre nuestra existencia que nos paraliza, y de eso también quiere liberarnos el Señor.
P. Plácido Álvarez.
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