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La familia y las relaciones humanas.

  • Foto del escritor: Monjes Trapenses
    Monjes Trapenses
  • 7 oct 2018
  • 3 Min. de lectura

7 de octubre de 2018



Domingo 27.


Lectura del libro del Génesis (2,18-24): Sal 127,1-2.3.4-5.6 Lectura de la carta a los hebreos (2,9-11): Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,2-16):


La existencia humana se da en un entretejido de relaciones creado por Dios y centrado en Cristo verdadero Dios hecho hombre; por esta encarnación hemos sido santificados para una forma de vida que refleje auténticamente la intención del Creador; relaciones de reconocimiento y ayudas mutuas.

Cuando Adán (hebreo: Ish) pone nombre a todos los animales crea el sentido de la relación con él, cuando reconoce a la mujer y le pone un nombre, Eva (Ishá), establece una relación consigo mismo, no con otro animal; se reconoce uno con su pareja, diferenciado y sin embargo no diferente.

Moisés, movido por Dios, trató de poner orden en una relación en la cual, por causa del pecado, la mujer se veía desamparada; con la ley se introduce el requisito de darle un acta de repudio, lo que supone una responsabilidad adquirida previamente por el hombre y un derecho para la mujer. Poca cosa podríamos decir hoy, sin embargo representa un paso en la dirección correcta en una época en que la mujer era simplemente propiedad del hombre.

Dicho sea de paso, el texto del Génesis apunta a la igualdad, porque si bien dice que el hombre fue creado primero, también dice que él y ella son de la misma naturaleza –de la misma carne- y que él sin ella está solo e incompleto; implícitamente dice que ella sin él está en la misma situación.

En la actualidad estamos viviendo una crisis profunda en las relaciones humanas en general y en la relación entre el hombre y la mujer en particular, en especial en el matrimonio. En esta crisis estamos ante el desafío de reconstruir la mutua pertenencia y la fraternidad, que es mucho más que la igualdad. Las relaciones humanas, y no sólo entre el hombre y la mujer, tienen que enfocarse desde esa mutua pertenencia dentro de la creación querida por Dios.

La realidad humana, en todas sus relaciones, la vemos elevada a la gloria en Cristo, es lo que nos dice la Carta a los Hebreos. El Señor ha enfrentado lo que nos divide y lo ha vencido en la muerte para santificarnos con su santidad, que manifiesta inequívocamente en su resurrección.

El Señor va a la raíz desde la que surge una transformación en las relaciones humanas. En el fondo se trata de la relación de Cristo mismo con nosotros, pero elevada a la gloria de su divinidad. Cristo es uno como nosotros, no es diferente, y sin embargo lo diferencia su divinidad, que es el punto clave para nuestra salvación, para la restauración.

Entonces el matrimonio, como una forma particular de relación social, tiene su fundamento no en una la ley escrita por el hombre sino en la realidad de Dios mismo, más particularmente en la del hombre-Dios, Cristo. Este es el fundamento que el Señor está afirmando como base contra el repudio. Este es el fundamento que se quiere manifestar y preservar. Pero la ley está sujeta a este principio y desde él se disciernen las situaciones concretas que son de una variedad infinita.

Las relaciones humanas no pueden tomarse a la ligera; el matrimonio como una expresión especial de las relaciones humanas no puede tomarse a la ligera, si lo hacemos las consecuencias son las que tenemos a la vista. El Señor nos llama a mirarlo a él para encontrar soluciones a los conflictos de cualquier nivel que sea.

El otro elemento que el evangelio señala es el de los niños, parte integral de la familia; los toma en consideración, contra la opinión de otros, y los bendice. Hay una enseñanza adicional que es la de la apertura de corazón y mente, lo opuesto a la dureza de corazón. Esa apertura debe mantenerse en toda la vida en todos sus aspectos para que la voluntad de Dios pueda realizarse en nosotros. Dios se nos entrega en Cristo y nosotros estamos llamados a entregarnos a él; la Eucaristía es el sacramento de esta realidad.

P. Plácido Álvarez.


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