La opción por la compasión.

Domingo 31.

Libro de la Sabiduría 11,22-26.12,1-2.

Salmo 145(144),1-2.8-9.10-11.13.14.

Segunda Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 1,11-12.2,1-2.

Evangelio según San Lucas 19,1-10.

La compasión de Dios que surge del hecho que nos ha creado, como lo indica Sabiduría, es lo que nos abre caminos en la vida ante los obstáculos que nuestro pecado o nuestros errores nos plantean.

Dios nos ama porque nos ha creado, algo a no olvidar. Y porque nos ama busca que lleguemos a la plenitud de lo que ha querido para nosotros, pero esa plenitud supone el buen uso de nuestra libertad, y allí hay un problema, un desafío para nosotros. Debemos de llegar a ser dignos del llamado que hemos recibido no sólo por la creación sino en Cristo mismo; San Pablo ora con este propósito de manera que Cristo sea glorificado en nosotros.

De nuestra parte hace falta un gran deseo y una gran disponibilidad para ir al encuentro del Señor, como es el caso de Zaqueo que el Evangelio nos relata. El Señor no se deja apartar de Zaqueo por la mala reputación que tenía, lo invita para que enfrente el desafío de la conversión, y él lo hace con decisión, desprendiéndose de lo que no es necesario para hacer el camino al que el Señor lo ha invitado.

Cada uno de nosotros está llamado a vivir desde la confianza en Dios y está llamado a la conversión, está llamado a la felicidad que sólo el Señor puede dar quien se entrega totalmente a él. Y esta Eucaristía es oportunidad para esa entrega a la vez que para la recepción del don de la vida misma de Cristo.

P. Plácido Álvarez.